EL corcho y su sostenibilidadproteccion del corchoAlcornocales Vivos Con una extensión de 2.7 millones de hectáreas distribuidas entre Portugal, España, Argelia, Marruecos, Italia, Túnez y Francia, los alcornocales representan uno de los mejores ejemplos de interacción entre las personas y la naturaleza en el Mediterráneo. Además de proporcionar una fuente de ingresos para cientos de miles de personas en la región, los alcornocales contienen una rica biodiversidad, incluyendo especies en peligro de extinción. Sin embargo, durante las últimas décadas, políticas mal orientadas, una inadecuada gestión forestal y ganadera y cambios en las estructuras sociales del mundo rural han resultado en una degradación y pérdida de estos hábitats únicos. Los alcornocales son uno de los ecosistemas de los que se extrae mayor cantidad de productos valiosos para la economía humana. Son famosas las setas y diversas plantas silvestres muy apreciadas como alimentos y condimentos y las carnosas bellotas constituyen la base alimenticia de los cerdos ibéricos alrededor de los que se organiza toda una industria de productos alimenticios de muy alta calidad. Pero el producto estrella es el corcho, un material de propiedades extraordinarias, muy liviano y aislante. Su principal uso desde hace siglos es para la fabricación de tapones de corcho que forman el mejor sistema de tapamiento del vino embotellado. Además, las características del corcho son tan excepcionales que se usa también como material de construcción noble y como supremo aislante de alta tecnología. El corcho es la corteza de los alcornoques (una adaptación de estos árboles para defenderse del fuego, la sequía y el calor extremo de los veranos) y se extrae sin dañarlos cada 9 años como mínimo. En los últimos años, los tapones de materiales artificiales, como plástico o metal, promovidos por industrias que atacan injustamente al corcho imputándole males inventados, están invadiendo los mercados de vino amenazando la estabilidad del mercado de corcho y del futuro del alcornocal, tan dependiente de este producto. No deben confundirnos: el corcho es un material natural, renovable e indudablemente más “ecológico” que cualquier derivado del plástico o el metal, que además, son mucho más contaminantes. |